Es en esta categoría que el argumento a favor o en contra de las mujeres en la Masonería encuentra su lugar. El argumento convencional en contra de las mujeres en la Masonería se hace en base a un punto enlistado bajo los “Cargos” concernientes a “Ciertas Calificaciones de los Candidatos a la Iniciación” el cual, a lo largo de los siglos, ha llegado a ser ambiguamente enlistado como un Landmark. Que deben existir – por necesidad y en virtud de la naturaleza y requisitos para la Iniciación misma – ciertas calificaciones internas pre-existentes en todos los candidatos a los misterios de la iniciación, es sin duda cierto. Pero esta preparación y calificación es de naturaleza interna, espiritual y, nada tiene que ver con el género. No existe ningún landmark enlistado en nuestra numeración de las catorce principales que concierna al género; ni tampoco existe ningún otro landmark que concierna al género. Los Landmarks están enlistados en forma de afirmaciones cortas, puntuadas, exponiendo los principios y propósitos que gobiernan el trabajo de la Logia en lo Alto y simbolizan – para la conciencia humana – un modo divino de los principios de gobierno. Acorde a ello, los asuntos espirituales tienen que ver con la vida espiritual y conciernen a la naturaleza del alma en su propio plano – la cual no es masculina ni femenina. No tiene sexo. Es una unidad triple que encarna y corresponde a los aspectos de la Deidad Misma; atma-budi-manas, expresadas como voluntad-intuición-inteligencia (o mente) y expresadas en la Trinidad Masónica como Fuerza-Sabiduría-Belleza. El gobierno espiritual es gobierno espiritual, i.e., concierne al reino del espíritu y del alma en su propio plano de existencia. El objetivo del aspecto exotérico del Sendero espiritual en los tres mundos es preparar la forma para el descenso del aspecto espíritu para que la divinidad pueda ser expresada en el plano físico. Esto resultaría en el mundo de la forma siendo gobernada por el aspecto espíritu, trabajando “abajo” por medio suyo y llevando así, todas las cosas al orden en conformidad con la ley espiritual o vida. A este propósito todas las enseñanzas y simbolismo de las ceremonias y ritos Masónicos rinden testimonio codificado mediante las alegorías del trabajo de los constructores.

Los llamados “Antiguos Cargos” fueron diseñados en un periodo en el cual los elementos operativos y especulativos de la Masonería fueron combinados. Muchos Masones eran en realidad masones operativos y los “Cargos” que se les dieron concernieron a los códigos de trabajo, a la lealtad que le debían a sus empleadores y a un código moral básico de comportamiento. Estos Cargos parecen ser muy antiguos y estaban contenidos en un Manuscrito (escrito durante el reinado de James II, el cual se extendió desde 1685 a 1688) que se dice había estado en posesión de la Logia Antiquity en Londres. Probablemente son mucho más antiguos que 1685 y contienen “Cargos simples para permitir o aceptar Masones” es decir “Cargos y cláusulas a ser leídas… al hacer a un Francmasón o Francmasones”. En esos antiguos Cargos, el tercero (concerniente al tema de las calificaciones para la aceptación) dice, “que aquél que sea hecho sea capaz en todos los grados; ello es, que haya nacido libre (i.e. que no sea un esclavo); de buena parentela, honesto y que no sea ningún peón, y que tenga su miembro correcto como cualquier hombre debe tenerlo.” Otro Cargo Antiguo, recogido en 1717 daba la calificación como sigue: “las personas admitidas como miembro de una Logia deben ser hombres buenos y honestos, nacidos libres y de edad madura y discreta, no debe ser peón, mujer u hombre inmoral o escandaloso, sino tener acreditación”.

Ahora, si observamos que la Masonería es aquella especulativa que surgió del arte operativo, entonces la verdad relativa de esa posición está necesariamente limitada por el punto de vista no inspirado y académico que traza los orígenes de la Masonería hasta la resurrección de ciertos gremios operativos antiguos y sus modos de trabajo. Si ampliamos un poco el punto de vista, por ejemplo, que la Masonería se originó  bajo la dispensación Judía, posiblemente encarnando una tradición antigua, y que de algún modo, debido al simbolismo particular y las alegorías concernientes a la construcción del templo, llegó a estar inexplicablemente intricado con el taller de construcción Medieval y preservado por los gremios, entonces tenemos un punto de vista ligeramente “místico”, aunque todavía bastante limitado.

Si, de todos modos, el punto de vista es el opuesto a aquel y se considera que el arte operativo de construcción es esencialmente un símbolo externo o precipitación de una Masonería especulativa que se ocupa de la tarea de iluminar, educar y elevar la conciencia de la humanidad, entonces tal punto de vista debe, necesariamente, concebir al taller de construcción metafóricamente. Este último punto de vista, i.e., ver al taller de construcción a través del símbolo y la alegoría, necesariamente dirige la conciencia hacia un proceso de construcción de tipo metafórico y lleva el proceso hacia adentro, hacia uno que es más subjetivo que objetivo. Así, replegando el proceso constructor hacia adentro, nos enfrentamos con un tipo de “constructor” diferente al físico: el factor mente subjetiva, el principio mental que es capaz de concebir el patrón del diseño (el anteproyecto arquetípico) y consecuentemente organizar la sustancia de la mente (el “material” simbólico), el chitta, vía la construcción-pensante. Por lo tanto, en lugar de construir un templo externo, es hacia el Templo interno del Alma (el Templo de Luz) que la Masonería especulativa dirige nuestra atención, ilustrando el proceso, los objetivos y las metas espirituales del alma por medio del simbolismo del arte de la construcción. Así, la Masonería especulativa dirige nuestra atención a un proceso evolutivo de la mente o principio mental – el alma en el plano de la mente como el constructor del hombre interior – i.e. y así presenta a la mente misma como la herramienta de trabajo principal. Este principio mental, este elemento racional en nosotros que se nos es heredado desde el alma misma y nos separa de los reinos sub-humanos en la naturaleza, es común tanto al hombre como a la mujer.

Que hemos heredado los Antiguos Misterios en la forma de la Masonería y preservados en una forma judía, sabiamente enmarcada por aquellos Profetas judíos de antaño, es sin duda cierto. Que ellos enmarcaron aquellos Misterios dentro de las alegorías de la construcción y del arte de la construcción también es sin duda cierto; pero aquello que enmarcaron, de acuerdo a los Antiguos Landmarks era aquello que recibieron de quienes los precedieron (y durante su estadía en Egipto y como muchos de ellos llegaron a ser iniciados en los Misterios egipcios), las verdades espirituales que son de una antigüedad mucho mayor, habiendo existido “desde tiempos inmemoriales”. Fueron esos Profetas judíos quienes sabiamente añadieron el simbolismo metafórico de la construcción, i.e., el arte imaginativo de construcción interna (utilizando la nomenclatura de la construcción metafóricamente), hasta el linaje y revelación de la Enseñanzas de los Misterios, que aún continúa. A lo que habían aprendido de la Luz de los Misterios egipcios añadieron la construcción del Templo de la Luz con el objetivo de producir la forma para el descenso del Shekinah divino, i.e., el espíritu divino en el hombre. Así, mediante el arte especulativo de construcción interna, disciplina y desarrollo intuitivo, la forma podría ser preparada para el ingreso de algo espiritual y la divinidad se podría manifestar sobre la tierra, lo que sucedió mediante la aparición de Cristo en la forma (y por medio de una forma judía), aunque lamentablemente no lo reconocieron cuando sucedió.

Más y más a lo largo de los siglos, la visión o intención espiritual temprana ha llegado a ser distorsionada y materializada por tendencia materialista de la mente del hombre. ¡La primera tarea en la cantera podría ser considerada como perdida! Pero nada de valor esencial se ha perdido. La verdad de la iniciación aún está allí, preservada en la Masonería.

Ahora, sin embargo, estamos en una era diferente y ¡lo perdido debe ser encontrado nuevamente! Simplemente existe necesidad de una revisión de percepciones y comprensiones. El argumento básico de la exclusión de la mujer en la Masonería, generalmente se extiende a lo largo de las líneas siguientes, presentadas aquí en forma de debate. Deberemos separar las afirmaciones que expresan el punto de vista convencional concerniente a las “calificaciones para la admisión” (en cursivas) y responder a cada una de ellas con nuestra propia posición en estos temas.

El Debate Sobre la Mujer en la Masonería

Punto de vista de la Masonería convencional: Es un Landmark incuestionable de la Orden, y el primerísimo pre-requisito para la iniciación, que el candidato debe ser “un hombre”. Esto por supuesto prohíbe la iniciación de una mujer.

AUM – Nosotros no hemos encontrado ningún “Landmark incuestionable” como el mencionado. Un antiguo “Cargo” al que recurrió el hombre ha afirmado este punto, pero este ilustra una de esas ambigüedades en las cuales un “Cargo” ha llegado a ser considerado como un “landmark”. Pero un “Cargo” no es un Landmark de acuerdo a nuestra definición. Aplicando los principios de lógica y razonamiento espiritual, el “primer pre-requisito para la iniciación” no tiene nada que ver con el género; tiene que ver con una preparación y logro interno, espiritual y concierne solo al “hombre” ya que la palabra “man” en inglés es derivada etimológicamente de la raíz sánscrita, manas (mente), refiriéndose al principio mental. Se presume que tanto hombres y mujeres están en posesión de esta facultad (ya que es la base del elemento racional en todos nosotros como seres humanos) y es uno de los principios o aspectos de la Triada Espiritual. Es el alma, que no tiene sexo, en el plano de la mente la que pasa por la iniciación y no la personalidad individual – hombre o mujer.

Hasta la última parte del siglo diecinueve, no obstante, existía una verdad velada en esta afirmación concerniente a la no-admisión de mujeres, la cual tiene su contraparte en la Logia en lo Alto. Hasta ese periodo, un alma tenía que estar en un cuerpo masculino en la encarnación en la que sería admitido por primera vez en una Logia interna de un Maestro de Sabiduría (en un Ashrama en la nomenclatura de la Sabiduría Eterna). En ese entonces un alma que ya estaba técnicamente en tal Logia interna podría encarnar en cualquier género, pero la encarnación en la cual la admisión era lograda por primera vez debía ser en una forma masculina. Todo eso ha cambiado ahora. Debido a muchos factores, incluyendo avances en las oportunidades de la educación exotérica, una pérdida en el agarre de la tiranía de las iglesias y el pase o surgimiento desde las restricciones peculiares distorsionadas impuestas durante la Era Pisciana, ha llegado a ser posible que un alma ingrese o sea admitida en una Logia interna en cualquier género en encarnación, siempre y cuando todos los requisitos espirituales se encuentren en orden y así cumplidos.

La Masonería Convencional está, por lo tanto, “atrasada” al responder a este cambio interno, pero es interesante notar que también aproximadamente en ese tiempo se dieron las primeras apariciones de Órdenes Masónicas mixtas que estaban respondiendo, aunque inconcientemente, a las energías afluyentes de este cambio interno.

Punto de vista de la Masonería convencional: Este Landmark surge de la naturaleza peculiar de nuestra ciencia especulativa como conectada con un arte operativo. La Masonería Especulativa no es sino la aplicación de la Masonería Operativa a propósitos morales e intelectuales.

AUM – Habiendo prescindido del punto de vista convencional de que este edicto controversial es un falso “landmark”, – una ley o principio espiritual – es, por supuesto, fácil de aceptar las bases de esta regla como fundamentada sobre una tradición o práctica en el arte del Masón operativo, requiriendo labores físicas pesadas y derivada del tipo de conciencia existente en la Edad Media. Pero, como fue establecido anteriormente, nuestro punto de vista es opuesto a la versión exotérica, en que mientras el punto de vista convencional respecto a que la Masonería especulativa surgió del taller operativo, nosotros vemos al arte operativo de manera opuesta, es decir, como un resultado externo, expresión o efecto de la ciencia interna, especulativa; la aparición en la forma de ciertas precipitaciones internas, concernientes a planes y patrones arquetípicos cósmicos y universales. Por lo tanto, en nuestro punto de vista, el taller operativo no es otra cosa sino un símbolo externo de una realidad espiritual interna y la ciencia especulativa, por lo tanto, existió antes que el taller operativo. La secuencia es así invertida. Todo procede desde el ser interno hacia las apariencias externas, siendo la apariencia del fenómeno una precipitación de un impulso interior. El mediador durante la etapa de existencia auto-conciente individualizada es el alma, el constructor del hombre interno. La principal herramienta de trabajo de esta Entidad es el factor mente en sus divisiones triples, a través de las cuales da forma, moldea y construye acorde al patrón o diseño interno establecido sobre la Plancha de Trazar de la conciencia espiritual. Su objetivo es provocar que la “condición del material” se aproxime y esté conforme a la correcta sincronicidad de vibración con la cualidad del material para la construcción del Templo de Luz; en otras palabras, elevar los estados de la materia para aproximarse a los estados de la conciencia.

Por lo tanto, nada en este punto de vista o posición, tiene que ver con el género. Tanto hombre como mujer son iguales en la tarea de la auto-disciplina y su resultante progreso espiritual; ambos son capaces de conducta moral y desarrollo intelectual; ambos tienen y son producto de las mentes y ambos pueden pensar y construir internamente (en la luz del alma) por el medio y sustancia del pensamiento.

Punto de vista de la Masonería convencional: Nuestros predecesores cincelaron, de acuerdo a las tradiciones de la Orden, en la construcción de un templo material, mientras que nosotros estamos comprometidos en la elevación de un edificio espiritual – el templo de la mente.

AUM – Cierto, si el punto de vista de uno esté enteramente limitado a considerar que la Masonería especulativa surgió del taller operativo y como una nota valiosa de transformación; pero la naturaleza especulativa de la Masonería está expresada en nomenclatura judía y los judíos mismos nunca fueron “constructores” de edificios materiales. Empleaban “artesanos y artífices” de otras “naciones”, incluso acorde a las alegorías de los rituales. Si aceptamos el punto de vista que los judíos transmitieron los antiguos misterios (durante su dispensación después de la cual aprendieron de los Misterios egipcios) y los alegorizaron en la nomenclatura del taller de construcción, también debemos comprender que su contribución ya era especulativa – surgiendo de su mente fértil, imaginativa y creativa; sus mentes siempre han estado orientadas a la elevación de un edificio espiritual y así preparando a la forma para el descenso del Shekinah divino, re-cubriendo así los Antiguos Misterios en la nomenclatura de los constructores.

Es cierto que “nuestros predecesores cincelaron en la construcción de un templo material” si consideramos a nuestros “predecesores” como la humanidad temprana; pero si se le añade el componente esotérico, entonces los “predecesores” o ancestros, son, por un lado, los señores lunares de la sexta Jerarquía Creadora, los “ancestros” que proveyeron el andamiaje en el cual el material para la forma fue vertido, (ya que ellos son los constructores del hombre exterior); pero, por otro, tenemos a los señores solares, los “ancestros del hombre espiritual”, la quinta Jerarquía Creadora (que los Profetas judíos comprendieron y codificaron o alegorizaron y ocultaron dentro de su cambio de los Misterios a lo largo de las líneas del tema de los Constructores) y esto está también claro en sus Enseñanzas esotéricas y cabalísticas. Estos señores solares dieron forma y moldearon la “construcción” de acuerdo a planes internos y diseños arquetípicos establecidos sobre la P.T. Esotéricamente, nuestros predecesores reales son, por un lado, “aquellos que han andado este camino antes que nosotros” y han logrado la meta, i.e., iniciación y maestría, y por otro, el Ser Que es la verdadera Fuente original de nuestro Ser e Identidad Espiritual Individual, la Unidad de la Cuarta Jerarquía Creadora y aquel “rayo del Absoluto” dentro nuestro– la Mónada. Nuestra identidad real es el Ser espiritual Que siempre existió antes de cualquier apariencia en lo que llamamos forma. Así, esto es también cierto para la secuencia de la Masonería: el Gran Maestro existió antes de la existencia de una Gran Logia en lo Alto; la Gran Logia en lo Alto existió antes de las Logias en la tierra.

De cualquier modo, no hay nada concerniente al levantamiento de un “edificio espiritual”, un templo de la mente como un Templo de Luz que afirme que sólo los hombres pueden hacerlo, o que las mujeres no. Tanto hombres como mujeres ya son expresiones del principio manásico, y ambos, estando en posesión del elemento racional, presumiblemente poseen esa facultad que les permite pensar y posteriormente construir internamente – por medio del poder del pensamiento – el Templo de Luz interno.

Punto de vista de la Masonería convencional: Ellos emplearon sus implementos para propósitos meramente mecánicos; nosotros los utilizamos simbólicamente, con un diseño más exaltado.

AUM – ¡Y qué sistema tan hermoso es! Sin embargo, ya se ha dicho suficiente sobre nuestros puntos de vista opuestos en estos asuntos, y ¡todavía no se ha dicho nada en todo esto acerca de porque “las mujeres no pueden hacerlo”!

Punto de vista de la Masonería convencional: Es así que en todos nuestros emblemas, nuestro lenguaje y nuestros ritos, existe una bella ejemplificación y aplicación de las reglas de la masonería operativa a un propósito espiritual.

AUM – Siempre fue así, solo el arte operativo es meramente simbólico de un propósito espiritual pre-existente; y ¡todavía no se ha probado nada en todo esto acerca de porque “las mujeres no pueden hacerlo”!

Punto de vista de la Masonería convencional: Y como es evidente que el Rey Salomón empleó en la construcción de su templo solamente hombres fuertes como un roble y trabajadores ingeniosos, así en nuestras Logias, en imitación a este gran ejemplo, demandamos, como un requisito indispensable para la iniciación en nuestros misterios, que los candidatos sean hombres, capaces de ejecutar tal trabajo como el Maestro se lo indique. Este es, por lo tanto, el origen del Landmark

[¿?] que prohíbe la iniciación de mujeres.

AUM – Como nunca nadie lo ha encontrado, la existencia misma del Templo del Rey Salomón como un edificio material es cuestionable. En la Masonería especulativa, el Templo del Rey Salomón ha permanecido como un símbolo, un símbolo del Tempo del Alma, el Cuerpo Egoico o Causal, donde reina el “rey”, el alma. Sal-Om-On es un nombre compuesto hecho de tres nombres del sol, (simbolizando al señor solar o alma) en tres idiomas antiguos. La naturaleza del “sol” en los Misterios egipcios representaba un reconocimiento del Sol Central Espiritual y no las interpretaciones ignorantes de los profanos y “caballeros leídos” que tradujeron los jeroglíficos como significando literalmente “adoración al sol”, siendo ellos mismos, no iniciados en los misterios. Un reconocimiento del sol en sus divisiones triples y esotéricas era parte de los Misterios egipcios y ellos comprendieron que este símbolo brillante es una manifestación externa de la apariencia del Logos solar, que es el Sol Físico exterior, el Corazón del Sol y el Sol Central Espiritual, el cual encuentra su correspondencia en el hombre como el Sol de la Personalidad, el Sol Ascendente (del alma y que está indicado en el horóscopo como el signo ascendente o sol ascendente) y el Sol Abrasador de la Mónada. Los judíos aprendieron esto de los Misterios egipcios y lo codificaron sabiamente en sus Misterios bajo el nombre de Rey Sol-Om-On (representando al alma o Mónada) el Sol central Espiritual.

La consecuencia del “por lo tanto” en la afirmación convencional arriba mencionada es cuestionable desde el ángulo del razonamiento válido. Si el punto de vista de la Masonería es de tipo material concerniente al taller operativo, entonces la exclusión de la mujer en cuenta de la labor física involucrada puede ser admisible. Pero, incluso en la Masonería especulativa convencional, el elemento espiritual es admitido y está sobrepuesto sobre el operativo –  recurriendo a este último sólo en la forma de alegorías y símbolos – y de todos modos ¡ninguna labor manual está nunca involucrada en las Logias especulativas modernas!

Presumiblemente, la Masonería especulativa ya es más que una “imitación” de una interpretación literal de una labor manual y a este simple aspecto de la lógica testifican todos los ritos representados, las alegorías dramatizadas y la configuración de un Templo Masónico, ya que todos ellos están considerados como símbolos ¡incluso por los Masones convencionales modernos!. Un símbolo es un signo externo y visible de una realidad interna, espiritual. Un “símbolo” no es un símbolo de un símbolo. El arte operativo ya es un símbolo de una actividad interna. El problema parece surgir al confundir al símbolo con lo que simboliza. El llamado “requisito indispensable para la iniciación” en los misterios de la Masonería de que “el candidato debe ser hombre” (excluyendo a las mujeres) está basado, por lo tanto, en razonamientos fundamentalmente erróneos. Pero, por supuesto, todo depende de la premisa inicial sobre la cual se basa el argumento y – siendo la percepción interdependiente de la existencia – dependiendo entonces del punto de vista – ya sea material o espiritual – ambos son relativamente correctos para la conciencia que los percibe.

No obstante, no hemos encontrado ningún Landmark descalificando a la mujer de la Masonería o de participar en los Antiguos Misterios o de aproximarse a la Iniciación ya que todos estos principios conciernen al alma y no a la forma. Hemos encontrado esta afirmación solamente en un “Cargo” Masónico que ha sido llamado ambiguamente “landmark”; pero parece haber sido llevado desde los gremios del taller operativo manual. Pero puede ser igualmente argumentado que esta regla operativa no tiene bases inteligentes en la Masonería especulativa verdadera.

Tanto hombres como mujeres son productos de las mentes y almas, criaturas de karma, ya que ambos no son otra cosa que formas aparentes de una Entidad asexuada, el Alma y la forma cambia de vida en vida dependiendo de los propósitos del alma. Ambos son intrínsecamente productos de manas y presumiblemente, estando en posesión del elemento racional de la autoconciencia y pensamiento, pueden pensar, planear y actuar de acuerdo a ello.

Resumen y Conclusiones 

Se ha permitido publicar el debate anterior simplemente para ilustrar la ambigüedad que surge en ausencia de definiciones claras y razonamiento válido y para ayudar a aclarar la posición de AUM en el importante asunto de la controversia Masónica. Esperamos que fomente un debate saludable dentro de la comunidad Masónica a nivel mundial y que oportunamente lleve a un progreso más iluminado e inteligente.

Al dirigirnos sobre este asunto en los párrafos anteriores, sin embargo, quisiéramos aclarar que nosotros no somos parte de la bulliciosa multitud respecto a la “batalla de los sexos” y no tenemos interés en ello de ningún modo. Simplemente estamos siguiendo un edicto que fue pasado por la Gran Logia en lo Alto e incorporándolo en nuestro edificio Masónico como una “enmienda reguladora” por un lado, y por otro como algo que es perfectamente natural. Es tan natural para nosotros que ni siquiera pensamos en ello como siendo cualquier “otra cosa” o controversia y hemos llevado estas consideraciones al trabajo espiritual que tenemos entre manos.

Los problemas de la Masonería convencional no serán resueltos por la inclusión de la mujer, no obstante. El progreso será realizado solamente por el esfuerzo combinado y grupal de los miembros de una Logia, debido a una comprensión más profunda del significado de la Masonería y llegando juntos a una unidad de pensamiento sobre sus labores Masónicas y el trabajo ejecutado en el piso del Templo. Nuestros miembros deben primero comprenderse a sí mismos como Masones y que cualquier distinción de género no juega ningún rol de ningún tipo en nuestra aceptación para la admisión o en nuestras consideraciones mutuas. Todos nos encontramos en el Nivel como Almas.

Simplemente recomendamos a nuestros miembros: si perciben algo que está mal en la sociedad y necesita ser corregido, entonces están en la libertad de corregirlo; pero al mismo tiempo, mantengan los asuntos separatistas fuera de nuestro trabajo Masónico en AUM. Como Almas y Masones, nos encontramos primero en el Nivel y toda otra consideración no es importante en nuestro trabajo grupal.