Definición

La palabra, Constitución, conlleva dos inferencias Masónicas vitales. Esta palabra está compuesta de dos palabras latinas: statuere y con. La primera de ellas, statuere, significa, “configurar, fijar, o establecer”. Masónicamente este significado enlaza con el nombre de uno de los Pilares en el portal del Templo, la relevancia de lo que es “Que Él establecerá”. La idea, entonces, emerge de una predeterminación en la Mente del Altísimo de aquello que se pretende establecer a través de la constitución de una Logia.

La otra palabra, con, significa “con” o “junto”. La consecuencia infiere una extensión de la idea de este propósito divino predeterminado para convocar la cooperación de los constructores – los miembros del Taller reunidos en la Logia – para establecer juntos este propósito predeterminado del Altísimo: formulado bajo los Planes guiados de los Arquitectos Asistentes (los Maestros de Sabiduría) por medio de los cuales los constructores (los Masones) se ponen a trabajar.

El propósito de una Constitución, tal como es expuesto y simbolizado en la Masonería, debería, por lo tanto, ser comprendido para convocar la cooperación de los miembros de la Logia para esa formación conjunta que es necesaria para establecer, fijar y materializar el Plan en conformidad con el Orden Divino.

Los Antiguos Landmarks

Preámbulo

La humanidad ahora está lista para que el G.M. de la Gran Logia en lo Alto (conocido por muchos como el Cristo, el Maitreya, el Imam Madhi) trabaje activamente otra vez sobre la tierra y re-establezca los Misterios como una parte definida del programa del vivir humano. El llamado ha sido realizado hacia el mundo de los Masones – y por lo tanto, estamos llamados del descanso al trabajo –  para trabajar asistiendo en la preparación del camino de la restauración de los Misterios y para re-establecer los Antiguos Landmarks. Existe un propósito divino a ser ejecutado a través de la humanidad; es implementado por la voluntad divina, formulado por los Arquitectos Asistentes y Custodios del Plan (los Maestros de Sabiduría  o Gran Logia en lo Alto) y convoca la cooperación de los constructores espirituales – los Masones, como almas i.e. los constructores internos del hombre espiritual.

Definición

Los Antiguos Landmarks pueden ser definidos como un reflejo, exteriorización y simbolismo de aquellos principios, prácticas y propósitos que gobiernan las actividades jerárquicas de la Gran Logia en lo Alto (de la cual la Masonería exotérica no es más que un símbolo). Los Landmarks reconocidos deben tener relación con una realidad subjetiva. Son inalterables, de reconocimiento universal y han permanecido inalterables a lo largo de los siglos – subsistiendo desde “tiempos inmemoriales”. Son los edictos básicos fundamentales que rigen el procedimiento Masónico y aquellos principios que determinan y gobiernan la conducta Masónica. Constituyen un cuerpo de verdad, velada en alegoría, que todos los Masones reconocen como vinculante sobre ellos: no en el sentido de limitación, sino como edictos y valores espirituales con los cuales vivir. Pueden ser conocidos a través de la síntesis de su interrelación y por la respuesta intuitiva que evocan en todos los Masones de mente objetiva, quienes reconocen su ceguera e ignorancia, enfrentan la luz, se someten a las pruebas demandadas, trabajan como constructores y ganan un salario de Maestro y, luego proceden – en el cumplimiento de su labor – parejo hasta la muerte y hacia una gozosa resurrección.

Los Landmarks también son definidos como representación de los principios básicos de la iniciación. La frase, “preservación de los Antiguos Landmarks”, se refiere a nuestra fidelidad como Masones a los requisitos para la iniciación; para “seguir los pasos de aquellos que han recorrido este camino antes que nosotros” por virtud de los principios expuestos en el simbolismo de las representaciones ceremoniales Masónicas de los Tres Grados –principios que son comunes a todos los sistemas de los Misterios, aunque expresados de manera diferente en cada detalle superficial y sin importancia.

Es necesario, cuando se define un landmark, discriminar entre un landmark y un símbolo. Un landmark es básico e inalterable, mientras que un símbolo es secundario y está sujeto a modificaciones de acuerdo a la raza (i.e. sub-raza) y al tiempo.

Los landmarks principales, peculiares a AUM han sido enlistados en nuestra Declaración de Propósito.

Las Leyes Que Encarnan La Constitución Subyacente

Definición

Aquello que llamamos ley, es, en realidad el efecto del impacto de una vida mayor sobre las vidas menores dentro su ser colectivo. Una Ley, hablando espiritualmente, encarna la energía de la intención divina de una Vida mayor, desarrollándose a través de las unidades de las vidas menores dentro su Ser.

Existen diferentes tipos de leyes emanando de los impactos de vidas variadas. Entre ellas se encuentran las que específicamente tienen importancia para el género humano y demandan su cooperación. Estas son: Leyes Cósmicas, Leyes del Sistema

[Solar], Leyes Planetarias y, aquellas que llamamos las Leyes de la Naturaleza.

La Ley de Karma – o la Ley de Causa y Efecto – es vinculante y precisa a lo largo del Sistema completo y de las vidas planetarias en todos los niveles. Es la Ley de las Formas. Esta Ley es particularmente evidente en la Masonería y, es demostrada en cada giro durante las representaciones ceremoniales simbólicas de los Grados. Comienza con el primer Golpe sobre la P.I.; se le enseña al candidato inmediatamente que si golpea correctamente entonces, y solo entonces, la puerta (simbólica de una fase de comprensión de la conciencia) se abrirá. Subsecuentemente, los edictos de esta Ley básica son reforzados continuamente a lo largo de todos los Trabajos. Ellos instruyen continuamente al candidato que si hace esto, entonces eso sucederá; y de este modo, el camino del progreso es simbolizado como una serie de efectos interdependientes de causas. Bajo esta Ley, el motivo subyace a todos los veredictos judiciarios hasta que el propósito sobrevenga.

Hablando espiritualmente, una ley, desde el ángulo de la naturaleza misma, puede ser considerada como la intención divina que se desarrolla prácticamente de la misma manera que la intención básica de vida que cualquier ser humano registra por sí mismo en la conciencia cerebral. Esta intención constituye el poder motivador de cada acción corporal y, sobre esta intención básica de vida se encontrará el matiz de todas las actividades mayores y la cualidad del carácter. Ello es igualmente cierto para los hombres respecto a las cualidades de las energías y fuerzas dirigidas desde su intención básica de vida y para el Gran Maestro de la Logia en lo Alto, Cuyo Cuerpo de expresión puede ser el de un Esquema planetario o un Sistema solar.

Una Ley encarna la energía de una vida. Hablando macrocósmicamente, una ley lleva hacia la manifestación la intención divina encarnando el propósito esencial del Altísimo; él es implementado por la energía de la Voluntad divina. Impacta la conciencia humana y finalmente – a través de la reciprocidad y sincronía de la respuesta vibratoria –pone toda la expresión de vida en línea con esa voluntad e intención divina.

Las Leyes del Universo simplemente son modos de expresión, los impulsos de vida y la forma de existencia o actividad de “Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”. En último análisis estas leyes no se pueden evitar, y, no se las puede negar, ya que estamos eternamente arrastrados por ellas hacia la actividad, quienes gobiernan y controlan (desde el ángulo del Eterno Ahora) todo lo que sucede en tiempo y espacio.

Una ley es una expresión o manifestación de fuerza, aplicada bajo el poder del pensamiento de un pensador o grupo de pensadores.

La clave para los Masones de la correcta comprensión especulativa de la ley, (particularmente la Ley divina), tal cual es expresada a través de la Masonería operativa reside en la correcta compresión de la palabra cooperación. Incumbe a toda la hermandad a comprender la distinción entre leyes y reglas. Las leyes son para cooperar con ellas y tienen implicaciones grupales; las reglas son para ser aplicadas sobre uno mismo en el esfuerzo de auto-disciplinarse para cooperar con las leyes y, por lo tanto, con los propósitos grupales.

Para clarificar los impactos cíclicos de la Vida divina, un Avatar aparece de tiempo en tiempo y enfoca o ancla una verdad dinámica dentro de Su Ser o un pensamiento forma potente, o un vórtice de energía magnética. Este punto focal actúa cada vez más como un transmisor de energía espiritual. Permite así a la humanidad a captar o comprender y expresar alguna idea divina (tal como el Buda en relación a la sabiduría y el Cristo en relación al amor), y ello, con el tiempo, produce una civilización fundada sobre tales ideas presentadas con sus consecuentes cultura, religión, políticas, gobiernos y procesos educativos. ¡Así se hace la historia!. En el análisis final, la historia es meramente el registro de las reacciones cíclicas de la humanidad hacia alguna energía divina afluyente (y no necesariamente sobre las ideas de quienes quiera que las haya escrito), a algún líder inspirado (muchos de los cuales están inscritos en los anales de la historia) o a algún Avatar (tal como el Buda o el Cristo), Cuyos impactos y efectos de Sus Vidas han influenciado hemisferios por más de dos mil años.